Eva Mateo Rodríguez, Madrid
Durante el fin de semana del 2 y 3 de abril, se realizó el cuarto bloque del Curso de Voluntariado 2015 – 2016 de la Asociación para la Solidaridad. El encuentro tuvo lugar en el local de Funderética, en una de las salas de la Parroquia del Santísimo Redentor en Madrid. En este bloque se trataron temas tales como la Educación para el Desarrollo, la crisis de los refugiados sirios o los Derechos Humanos.
Comenzamos la mañana del sábado con la ponencia de César García Rincón, el cual nos explicó las diferentes visiones de la solidaridad, mediante la simulación de una reunión de profesores que preparaban una semana cultural. Tras su charla, nos expuso que “no es lo mismo hacer voluntariado que ser voluntario” haciéndonos entender que el voluntariado no es una acción sino un estilo de vida.
Continuamos la mañana con Mercedes Rubio, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) que nos habló de la realidad de la crisis humanitaria de los refugiados sirios, mostrándonos que no todo es como los medios de comunicación nos cuentan y que como país aún nos queda mucho por hacer.
Ya por la tarde, Nuria Garrocho nos puso en marcha haciéndonos utilizar nuestro propio cuerpo como un medio más de comunicación, demostrándonos que no sólo la palabra es necesaria. A través de una dinámica, los voluntarios expresamos con nuestro cuerpo los diferentes sentimientos y estados de ánimo por los que podemos pasar en una misión. La ponencia terminó con la puesta en común de los miedos previos que tenemos antes de afrontar la experiencia del voluntariado.
El domingo por la mañana, comenzamos con la ponencia de Adán Aguilar, quien nos habló sobre la dignidad humana, que es la base sobre la que se debe construir la sociedad. Además con ejemplos reales, nos hizo ver que no es tan fácil defender los derechos humanos, ya que desde los gobiernos solo se mira el interés propio.
Terminamos este cuarto bloque con la experiencia de Míriam Jiménez, que mediante la evaluación de un proyecto, nos enseñó cómo se debe trabajar y en qué puntos tenemos que hacer mayor hincapié para que este salga adelante. Una vez más, los voluntarios salimos de allí con la mochila llena de herramientas, experiencias y sentimientos que nos ayudarán en nuestra experiencia en los campos de misión.