Carlos Galán, Sevilla
El pasado sábado 25 de octubre tuvo lugar en la Parroquia Santísimo Redentor de Sevilla el segundo Encuentro de Voluntarios de este año 2014. La finalidad de este segundo encuentro es siempre la de compartir y evaluar la experiencia de voluntariado que generalmente se realiza en verano.
Comenzamos el encuentro con la oración, dando gracias a Dios en especial por los voluntarios Sole, MariRo y Chema; y pidiéndole que no deje de darnos fuerza y coraje para seguir compartiendo con todos la luz que Él pone en nuestros corazones.
A continuación tuvimos oportunidad de escuchar su experiencia misionera en Otuzo y Lima (Perú). La presentación estuvo “inundada” de fotografías y vídeos que nos hacían casi palpar lo que ellos tres vivieron en primera persona.
Después tuvimos el almuerzo en el jardín de la comunidad redentorista. A la barbacoa estaban invitados tanto la familia de los voluntarios, como voluntarios de años anteriores, además de algunos socios comprometidos en las actividades de la delegación y, por supuesto la comunidad de Misioneros Redentoristas que ejerció –como siempre- de fantástica anfitriona.
En Sevilla, como ustedes saben, se vive a un ritmo distinto al del resto de España: un ritmo tranquilo, alegre y familiar. Esto hace que una reunión de amigos y hermanos en torno a una mesa no tenga nada que envidiar a la fiesta más deslumbrante, al evento más esperado. Solo fueron necesarias una guitarra y unas palmas marcando un tres por cuatro para alargar la sobremesa y hacer reír, bailar y disfrutar de la alegría de estar juntos, vivos y en Sevilla.
Al concluir tan distendida sobremesa y saboreando todavía los deliciosos postres de la madre de MariRo y Chema, se reunió la Comisión de Voluntariado con los voluntarios para que evaluaran su experiencia y para escuchar la evaluación de las comunidades redentoristas tanto de Otuzco como de Lima.
Por la tarde, sobre las 19.00 horas concluía un encuentro en el que lo principal fue la convivencia y compartir una experiencia de voluntariado que no se queda únicamente en anécdotas repetidas por doquier, o en fotos y videos desgastados de tanto reproducirse.
Una experiencia de voluntariado que cambia la vida, que te devuelve distinto. Que te hace ser la enésima persona que afirma -con la convicción que aporta la experiencia- el tópico más repetido por todo voluntario conocido: “Te vas pensando dar mucho y vuelves habiéndolo recibido todo”.