Comunicación AS, Madrid
Sor Lucía Caram, monja dominica contemplativa, estuvo presente en el Curso de Voluntariado de AS con la ponencia ‘Realidad del Cuarto Mundo. Pobreza Infantil’. Después de su intervención, pudimos tener una breve entrevista con ella en la que le preguntamos por la actitud del voluntario, que debe ser «una persona implicada a tiempo completo» y debe mostrar una «apertura a distintas culturas y religiones».
Mari Ro Aguilar, voluntaria durante el verano de 2014 en Perú, fue la encargada de realizarle las preguntas a sor Lucía, de la que destaca su «cercanía y naturalidad» y la sensación de tener «las ideas muy claras» que transmite la religiosa:
«Sor Lucía es una persona muy cercana y natural, y a pesar de tener mucha prisa aquel día para coger el tren, tuvo el detalle de atendernos y contestar a nuestras preguntas tranquilamente demostrando tener las ideas muy claras en cuanto al papel de las ONG y los voluntarios tanto en el Tercer Mundo como aquí» (Mari Ro Aguilar)
A continuación, os ofrecemos la transcripción completa de la entrevista:
Asociación para la Solidaridad: ¿Qué puede aportar el voluntariado a la atención a las personas que más sufren en nuestro país y conforman el Cuarto Mundo?
Sor Lucía Caram: El voluntariado lo que puede aportar a la situación que estamos viviendo es fundamentalmente cercanía, capacidad de sintonizar y hacerse cargo de una gran cantidad de gente cuyos Derechos Humanos están siendo ignorados. Y se trata no de ser la voz de los que no tienen voz, sino de hacer que la voz de ellos resuene. Que la sociedad tome conciencia.
El voluntariado puede ayudar a acompañar a las personas y buscar recursos cuidando el esencialismo, tratando de que tengan lo que necesitan, lo esencial para vivir. Pero no solo lo material, sino fundamentalmente la posibilidad de ser considerados dentro de la sociedad, con oportunidades, con justicia y, por supuesto, con un trabajo digno para todos.
AS: ¿Qué actitud tiene que tener el voluntario en estas circunstancias?
Sor Lucía: Yo creo que la actitud fundamental del voluntario hoy es primero ir con la actitud, no del que va a dar ni de superioridad, sino del que va a compartir con todos. Es muy importante entender que la dinámica no es la de dar, sino la de compartir, porque el que da siempre está por encima del que recibe.
Lo que tenemos que hacer nosotros es romper esta dinámica, ponernos de igual a igual con la gente y darnos cuenta que a la gente no la podemos definir por lo que no tiene, como cuando decimos: «este es un sintecho». Si yo lo defino por lo que no tiene, nunca sacaré lo que la persona es y lo que puede ser. Con lo cual, la actitud de voluntario es de igual a igual, de acogida, de escucha y de ponerse a trabajar con las personas y no tanto para las personas.
AS: Usted es una persona habituada al trabajo interreligioso. ¿Cómo debemos afrontar las ONG de carácter católico la realidad multicultural de las personas que sufren la pobreza?
Sor Lucía: Yo creo que, en este momento que estamos viviendo, desde nuestra fe en el Evangelio, Jesús se acerca a la gente y él mismo sufre o vive en primera persona un cambio y un apertura a las diferentes culturas y religiones. Hay un diálogo con una mujer siria, fenicia, pagana; que se acerca a Jesús y le pide que cuide a su hija. Jesús le dice: «Yo he sido enviado para las ovejas del pueblo de Israel, por qué me vienes a pedir esto»; y ella le dice: «También los pobres tienen derecho a comer de lo que cae de la mesa de los ricos». Jesús le dice: «Grande es tu fe». Jesús entiende que su misión no es para su pueblo, ni para un pueblo escogido, porque Dios no tiene pueblo escogido, todos son los pueblos escogidos.
Por lo cual, la misión nuestra no es hacer proselitismo religioso con la gente, sino simplemente ir a compartir la vida, a luchar por los derechos de todos y a entender que lo importante es la actitud de servicio y acogida de Jesús.
Yo creo que cuando uno se pone en el seguimiento de Jesús, entiende que Dios no tiene nombre, porque tiene todos los nombres. Cuando intentamos ponerle nombre nos damos cuenta de que Dios es el innombrable, porque Dios es el más y mejor, y si lo cierro, lo limito. Y Dios no es eso, Dios es más. Nuestra actitud, si queremos encarnar la actitud del Dios de Jesucristo, es tener un corazón muy abierto para acoger la diversidad y para entender que la actitud del otro no es una amenaza para mí, sino una oportunidad para enriquecerme.
AS: Para las ONG como AS que tenemos un compromiso fuera de España, pero también realizamos acción social en nuestro país, ¿cómo equilibrar ambos aspectos sin perder fuerza en ninguno de ellos?
Sor Lucía: Es muy importante a la hora de estar preparándose para ir a trabajar en un proyecto del Tercer Mundo, saber que el compromiso no es solo cuando yo voy a trabajar allá, que en principio parece ser que voy a dar a los que están lejos; sino también un compromiso con el entorno y la realidad que tenemos también aquí.
Nuestra vida es una unidad, y no puede ser que yo dedique tres semanas o un mes a ser voluntario, yo tengo que ser voluntario siempre. Tengo que tener siempre una actitud de solidaridad, de compromiso.
Con lo cual, la mejor manera de prepararse para ir a trabajar a otro sitio, para estar más receptivo a lo que el otro me puede ofrecer, es también estar muy cercano y próximo a los que tenemos aquí. Porque si no, puede convertirse en otra cosa: en unas vacaciones, o en un momento para tranquilizar mi mala conciencia, o para sentirme bien, o un espacio de autosatisfacción.
Yo creo que lo que vivimos allá es bueno que tenga una continuidad aquí. Se trata de ser personas implicadas también a tiempo completo. Y eso lo podemos hacer trabajando en el Cuarto Mundo, trabajando en el entorno en el que cada uno se encuentra. Si yo soy una persona solidaria no puedo cerrar los ojos a la realidad de vulneración de derechos, de limitación o de pobreza que puede haber en mi propio entorno: universidad, familia, vecinos… Sería una incoherencia, practicar el deporte de la solidaridad con los de lejos, pero no con los de cerca.
AS: ¿Qué consejo daría a los jóvenes (o no tan jóvenes) que se plantean hacer un voluntariado? ¿Qué deben tener presente?
Sor Lucía: Al que se plantea hacer un voluntariado, que quiere decir no que va a dar el tiempo que le sobra, sino que va a dar su tiempo, una actitud que me parece importante es ser capaces de vaciarse de ellos mismos, presentarse al otro como un cáliz que va abierto para dar y recibir. La vida es esto, sístole y diástole, inspirar y expirar. Cuando voy a encontrarme con el otro voy a ofrecer lo que soy para recibir lo que el otro tiene que darme.
También desarmarnos de los prejuicios y los juicios que podamos tener, aceptar vivir el instante presente con aquellos con los que voy a compartir, porque esta será la mejor manera de aportarles algo y enriquecerme con la experiencia.
Puedes ver la conferencia completa de sor Lucía Caram aquí:
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Quiero felicitarlos en el nombre del señor jesucristo por su labor llena de amor para el projimo estare orando por la obra que Uds. realizan Dios me les bendiga. soy de managua, nicaragua Centro America, y presido una O.N.G. cristiana se llama Una Luz en el Camino y deseo en mi corazon impulsar proyectos cristianos de ayuda a la niñez y enfermos y ancianos les pido me escriban y me ayuden a realizar la vision que Dios me ha dado.