Delegación AS, Granada
‘Como hijos de la luz’, éste es el tema con el que comenzaba nuestro retiro de Cuaresma organizado por el Santuario del Perpetuo Socorro de Granada y el padre Francisco Tejerizo, y donde miembros de AS han participado.
Allí en lo alto, en la LUZ, desde el espléndido Carmen de Conchita, contemplábamos las tinieblas de nuestro mundo, de nuestro hogar, de cada uno de los rincones de Granada. Esas tinieblas que nos envuelven cada día y de las que a veces no sabemos salir o no queremos abandonar. Pero estamos llamados a ser HIJOS DE LA LUZ entre esas tinieblas.
Llegué con la mochila cargada de preguntas, dudas, desesperanzas… pero me fui con la única respuesta que necesitaba escuchar “Tú eres mi luz”. Estás en la Cruz por mí y por eso que estás ahí, debo mirar hacia arriba. “No os pido más que lo miréis”, recitaba una y otra vez Santa Teresa de Jesús.
Durante el retiro compartimos emociones, canciones, reflexiones, tortillas de patatas, sueños, esperanzas, lágrimas… y aprendimos a mirarte. A preguntarnos: “Señor, ¿qué quieres de mí?, ¿qué puedo hacer para desclavarte de esa Cruz? ¿cómo puedo aliviar tu sufrimiento?
Y llevados de la mano del padre Francisco, entendí que la Cruz es Sabiduría de Dios, es fuerza, identificación, amor de Dios, es Salvación, es Fe, es Iglesia, es oportunidad, es perdón…
En este día, donde celebrábamos la Encarnación de nuestro Señor y nos preparábamos para el IV Domingo de Cuaresma, con la Palabra “Curación del ciego de nacimiento”, pude tener esa experiencia de Dios. Haciéndose presente en la Eucaristía y en el prójimo que habita conmigo, allí abajo en las tinieblas.
Sé que no podrá apartar de mi camino las cruces de cada día, pero también sé que me ayuda a llevarlas y me hace compañía iluminando mi vida. “Es muy buen amigo, Cristo»
Firmado, una Hija de la luz