Mariano Sánchez Anguiano, Madrid
Cuando constato el testimonio de cientos de jóvenes que se forman en la Asociación para la Solidaridad y hacen de su vida, por exigencias de la Fe, una entrega de solidaridad con los más necesitados, brota el sentimiento de gratitud y alegría. Su vida es el testimonio-denuncia contra el egoísmo, la injusticia, la insolidaridad, la pobreza… Ellos dedican su tiempo a vivir la generosidad con los más necesitados, la solidaridad con los más abandonados y el amor con los hermanos.
Son muchos jóvenes de AS que en su tiempo de vacaciones y en muchas horas de su vida se dedican en lugares de Misión y en Parroquias a vivir en abundancia el Amor de Dios Padre que nos ha regalado en Jesús para que todos los hombres vivamos como hermanos.
Este es el testimonio evangélico que viven los socios de AS en los lugares más necesitados de muchos países. No hay duda de que el espíritu de San Alfonso, vivo en la Congregación del Santísimo Redentor, también se vive en la Asociación para la Solidaridad: ayudar, a los hermanos más necesitados: que los dones de la Salvación de Jesús sean abundantes.
Que este testimonio-denuncia en la Asociación para la Solidaridad sea constante porque son muchos los creyentes que se integran en nuestra ONG.