La esperanza de poder construir un mundo mejor…

Oct 6, 2010 | Asociación, Voluntariado

Es con esta esperanza con la que volamos hacia Costa de Marfil… y es esta esperanza la que encontramos en la sonrisa de nuestros hermanos marfileños.

Y es que todo esfuerzo parece pequeño cuando allí la luz brilla en los ojos de aquél que te mira. Como puede ser el esfuerzo por vivir una vuelta a nuestro “mundo cotidiano” con la dignidad de los pobladores de este país del África ecuatoriana. Esfuerzo por transmitir la fuerza latente en tantos corazones luchadores. Esfuerzo por construir el Reino… porque todos merecemos vivirlo.

Hemos vivido un mes entre las comunidades de Bouaké y Tiebissoú; podría decirse que la primera es un entorno metropolitano y la segunda un entorno rural, aunque lejos queda el primer concepto de nuestra idea de ciudad. Pues parece que los marfileños han aprendido a vivir de la herencia que les ha dejado su cultura vitalista y ancestral, sin dejarse contaminar demasiado de las “necesidades” que impone la cultura occidental y sirviéndose de los recursos que encuentran a su alrededor y que la tierra les da. Es por ello, que ante lo que vimos allí como pobreza, no les hace vivir como pobres ya que siempre tienen un motivo para dar gracias a Dios (cualquiera que sea Él para ellos) y buscar una ocupación con la que poder hacer algún negocio. Si Costa de Marfil está poblada por unos 18 millones de personas, podríamos calcular que existen unos 54 ó incluso 72 millones de proyectos para poder vivir de una forma más desahogada. Y es que todos buscan una forma de seguir adelante en busca de una vida mejor, como cualquiera puede hacer aquí. Y es que no hay tanto que nos diferencia cuando es Jesús quien se dibuja en aquel a quien miramos.

Se resiente aún la población de una reciente guerra civil y de un futuro incierto, pero siguen luchando. No existen niños abandonados, siempre encuentran una espalda que se adapta a su pequeño cuerpecillo y que está dispuesta a llevar su peso.

Las comunidades redentoristas de Bouaké y Tiebissoú nos han acogido como parte de ellos y nos han presentado a la comunidad con la alegría y la satisfacción de sentir que desde lejos los tenemos presentes. Esto es realmente importante para ellos, pues les hace sentir que no están solos en su lucha, en su fe, en la construcción del Reino. Y este es un gran regalo que hemos recibido de ellos, ya que ellos nos recuerdan que se puede ser generoso sin tener mucho que ofrecer, que el orden de prioridades que nos marcamos en la vida puede ser otro muy diferente –y atajo a la felicidad…-

Nuestro objetivo consistía en conocer la realidad y los proyectos que gracias a la colaboración de todos vosotros se han podido llevar a cabo (dos centros de salud, residencia de estudiantes, dos granjas, biblioteca, centro de promoción social…). Paralelamente, debíamos identificar necesidades con el fin de formular nuevos proyectos que puedan fomentar el desarrollo de sus vidas. Finalmente, encontramos una “nueva” necesidad fundamental, que se traduce en transmitir nuestra vivencia, con el fin de que todos desde aquí nos podamos sentir cerca de los que están “lejos”, Dios hará el resto… y entonces ellos sentirán que no están solos y podrán seguir viviendo con la esperanza de poder construir un mundo mejor…

Cris y Keko

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