PROYECTO: Lugar de acogida Madre del Perpetuo Socorro. Comedor para adultos
mayores y espacio de acogida para niños del Jardín de la Esperanza.
LOCALIZACIÓN DEL PROYECTO: San Salvador (El Salvador).
RESPONSABLES DEL PROYECTO: Misioneros Redentoristas Provincia América Central
COSTE TOTAL DEL PROYECTO: 96.500€
COSTE SOLICITADO: 80.000€
DONACIONES: ES38 0049 5102 27 2210138725
- DESCARGA: Folleto informativo de la Campaña de Navidad 2016. [PDF]
- DESCARGA: Cartel de la Campaña de Navidad 2016 [PDF]
- DESCARGA: Resumen del Proyecto de la Campaña de Navidad 2016 [PDF]
JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO
El proyecto surge para atender algunas de las necesidades de los barrios que se atienden en el cinturón marginal del centro histórico de San Salvador donde se ubica el proyecto. Son anillos pobres de casas que han quedado al margen del crecimiento desordenado del comercio y la industria en el centro de San salvador. Las familias viven rodeadas de empresas de repuesto de autos, venta de grano, prostíbulos, drogas y maras.
Las familias del barrio son de escasos recursos y viven en casas de lata, madera y las mejores de cemento, en condiciones infrahumanas alrededor de un desfiladero) que cruza (toda la zona parroquial).
La situación en la que se vive es de una gran degradación humana por el índice tan alto de violencia y la gran inseguridad que vive el país. “Nunca antes habíamos vivido tal ambiente de hostilidad, hasta llegar a la desesperanza. Ni en el tiempo de la guerra civil habían muerto tantos salvadoreños de forma violenta” nos traslada el Padre Jeffry.
CONTEXTO ECONÓMICO Y SOCIAL
Aunque la población salvadoreña se caracteriza por ser luchadora y trabajadora, el índice de pobreza es elevado. El país ha sufrido terribles desgracias naturales y sociales, y hace poco ha salido de una guerra civil. El Salvador se sostiene por las remesas que recibe de los más de dos millones de salvadoreños que por la pobreza y la inseguridad han emigrado a otros países que por una economía sostenible del propio país.
La gente sigue trabajando a pesar de la extorsión por parte de las maras que exigen “una renta” para “dejarlos” trabajar en paz. El Salvador, tiene graves problemas de inseguridad y de violencia, la delincuencia por las maras y el narcotráfico son los principales problemas. Hay zonas donde no entra ni la policía, y lugares donde la gente emigra en masa por amenazas de las pandillas. Es considerado uno de los países más violento del mundo. Se tiene la tasa de homicidios más alta del mundo, con 560 muertos al mes y su renta mínima ronda los 300 dólares.
Los niños del Proyecto Jardín de la Esperanza
Con el paso del tiempo y el incremento de las pandillas, el sector de la población más afectado es el de los niños y adolescentes, quienes no tienen lugares donde jugar, relacionarse y vivir el ocio de manera sana.
Las familias que trabajan, los dejan en sus casas, y son presa fácil de las maras, que los utilizan para delinquir, incorporándolos a sus bandas criminales para cobrar extorsiones o renta, transportar droga y en el peor de los casos para hacerlos sicarios y asesinar a sueldo, sabiendo que al ser menores de edad, si los detiene la policía con cargamento de droga o por asesinar a alguien el tiempo en prisión es menor. A esto se le añaden las amenazas de muerte a sus familiares si no cumplen con las órdenes de las maras.
El grupo que asiste al Jardín de la Esperanza es de aproximadamente 50 niños y niñas. Trabajan con ellos un grupo de laicos acompañado por seminaristas redentoristas. Tienen diversas actividades conjuntas y por edades. Se les ofrecen actividades educativas y recreativas, y talleres especiales para aprender algún arte, oficio o idiomas.
La demanda es mayor a la población que actualmente se atiende y por eso consideramos que un centro de acogida, daría un espacio para que tanto los niños puedan salir de sus ambientes y recibir educación para la paz, valores y talleres que les ayuden a apartarse de las pandillas.
Los ancianos del Comedor Perpetuo Socorro
Por otra parte, otra población que no interesa a las pandillas y que sufren el abandono de sus familiares son los ancianos, que deambulan por las calles, los mercados e iglesias buscando algo de alimento para sobrevivir.
Durante 10 años y con la ayuda de las Comunidades EAS fundadas por el Redentorista P. Antonio Hortelano y como parte de su compromiso social, la parroquia asume un proyecto para atender aproximadamente a unos 40 ancianos de entre 75 y 90 años, que con gran esfuerzo se acercan a la parroquia para sentirse un poco acompañados en la tremenda soledad en la que se encuentran sumergidos. También para comer algo en el desayuno, llevarse algo de comida para más tarde y asearse un poco en los baños que hay en la parroquia.
Los que asisten regularmente son entre 30 y 35 diarios, pero en los alrededores hay muchos más ancianos que podrían integrarse en el proyecto. Actualmente este proyecto se realiza a la intemperie en una zona de aparcamiento de coches, dentro del terreno parroquial , que se queda muy pequeño para atender a más ancianos.
EL PROYECTO
Ante estas dos realidades que atiende la comunidad redentorista, se ve la necesidad de dotar de la infraestructura necesaria para que estos dos proyectos se realicen en un espacio digno que permita ir incrementado los servicios que se presta a estas dos poblaciones tan vulnerables.
OBJETIVO GENERAL
Crear un espacio adecuado para acoger a la población más vulnerable de la comunidad, niños, adolescentes y ancianos. La construcción estará dividida en dos plantas: la primera planta será un espacio para el comedor de los ancianos que comprenderá una cocina, almacén y un espacio abierto de fácil acceso para los adultos mayores. Y en una segunda planta, dos aulas para acoger a niños y adolescentes del Jardín de la Esperanza.
OBJETIVO ESPECÍFICO ESPACIO PARA EL “JARDÍN DE LA ESPERANZA”
- Brindar apoyo a la educación en valores para los niños y adolescente.
- Trabajar la cultura de paz a través de la formación y los talleres que se impartirán en el espacio.
- Prevenir la formación de pandillas y por lo tanto generar espacios más seguros para la nueva generación.
Población beneficiaria
El grupo del Jardín de la esperanza está formado por unos 50 niños y niñas que pertenecen a la parroquia, por problemas de seguridad y violencia se tienen que ir a buscarlos si la familia no los puede traer y un grupo de voluntarios se encarga de regresarlos a su casa.
OBJETIVO ESPECÍFICO ESPACIO PARA EL “COMEDOR PARA ADULTOS”
- Asistir a los mayores en sus necesidades básicas: alimentación, aseo y salud.
- Contar con un lugar digno para atender a las personas mayores y educar en la vida.
- Tener un espacio donde se puedan manipular los alimentos con mayor salubridad.
- Integrar y acoger a esta población en la comunidad parroquial y en la sociedad.
- Contar con un espacio para capacitar a los voluntarios que atiendan a dicha población.
Población beneficiaria
Se atenderá aproximadamente a 40 ancianos con edades comprendidas entre los 75 y 92 años. Hay más personas que se podrían atender en un futuro cuando se habilite el espacio. Son personas necesitadas que no tienen familiares que le puedan ayudar. Normalmente viven solos y están abandonados.
RESULTADOS ESPERADOS
- Mejorar las condiciones y calidad de vida de las personas a las que se atiende.
- Aumentar los servicios a los destinatarios tanto en educación, asistencia psicológica, pedagógica, nutricional y de salud.
- Aumentar el número de personas a las que se atiende.
Población beneficiaria indirecta
- Familiares de los ancianos. Hay nietos adolescentes en manos de algunos de estos abuelos, que los cuidan para que no sean presa de las bandas o agrupaciones ilícitas. Ellos a su vez logran algún beneficio cuando hay campañas de salud, o cuando hay alguna celebración especial.
- Familias de los niños y adolescentes. Las familias de estos niños suelen trabajar día y noche y sienten un respiro cuando los niños están participando en el programa Jardín de la Esperanza. Al menos tienen la tranquilidad que no corren peligro, ya que hay un grupo de personas cualificadas que colaboran en el proyecto.
- Los agentes de pastoral y comunidades. Los mismos agentes de pastoral, pueden reunirse en el mismo centro, formarse más, organizar y tener la tranquilidad que pueda brindar el proyecto para mejorar y aumentar los beneficios de los destinatarios. Estos lugares también servirán para organizar distintas campañas de salud para mejorar la calidad de vida de los beneficiarios.