Buenos días!!!
Llevo intentando escribir varios días pero casi no sé por dónde empezar porque estoy un poco «impresionada» y desde que llegué estoy intentando digerir la situación que vive Honduras que es inexplicable… Ayer estuvimos con una hermana Franciscana que vive en un pueblo de San Pedro Sula y dijo esta frase «no hay familia que no hay sufrido una matanza»…
Os cuento un poco, aquí hay una violencia increíble, las casas están todas alambradas con pinchos, la gente no sale a partir de las 8-9 de la tarde porque es peligroso, aquí asesinan a personas cada día y hasta el repartidor de coca cola o agua lleva como un guardia de seguridad con una pistola, ametralladora, etc.
Hablando con varias personas de aquí observas como la gente va de casa al trabajo, es imposible pasear y tu casa es un poco jaula. Las maras y los narcotraficantes hacen que la gente viva con miedo….Esto por supuesto dificulta el desarrollo de las personas.
¿Cómo puede avanzar una sociedad que tiene miedo? ¿Cómo avanza una sociedad en la que en su ciudad asesina a 4 o 5 personas al día? Donde los comerciantes tienen que pagar el impuesto revolucionario a las maras, donde tus hijos no pueden jugar en un parque tranquilo y donde la palabra muerte, asesinato, ajuste de cuenta está en cualquier conversación y donde los poderes públicos (justicia, políticos y policías son corruptos…). Pues ayer me rebelaba, es injusto. Uno no entiende lo que es vivir en paz hasta que no te encuentras con situaciones de este tipo. Aquí se vive con miedo…
Pero bueno, en todo esta violencia surge la esperanza y no os preocupéis, rezad eso sí, pero estamos en una «colonia» barrio tranquilo, aquí no han llegado las maras y todo el mundo se conoce. La gente respeta a la iglesia y aquí hay un equipo de laicos comprometidos que no nos dejan un minuto solas y es literal. Vamos en coche a todos los sitios. Seguimos en medio de todo esto visitando y participando en varios proyectos que hay aquí, el del vaso de leche es increíble, ya os conté algo, en una guardería que acoge a niños de madres solteras, abandonadas y que dejan allí a sus niños mientras ellas salen a trabajar, y ayer tuvimos reunión con la comisión de construcción de una escuela de alfabetización de adultos que posiblemente sea uno de los proyectos que asuma la Asociación.
Yo estoy muy bien, súper contenta de la experiencia, aunque está siendo difícil acostumbrarme a esto…..Pero ya digo la gente aquí nos cuida, nos mima, hemos visitado también los altos de San Pedro Sula, que es una montaña donde comimos un coco que nos lo cogieron directamente de la palmera, jajaja, cual película…..nos reímos mucho y estamos geniales….
OS QUIERO MUCHO.
Bea Castro