Comunicación AS
Un foro de doce economistas procedentes de 10 universidades e instituciones elaboran un documento que cuestiona el objetivo único de crecimiento de la economía, que no repercute verdaderamente en la mejora del bienestar de todas las personas.
El documento, titulado “Repensar el crecimiento económico”, aborda la dimensión ética de la economía, desde una perspectiva humanista que busca otra prioridad económica al servicio de las personas. Este es el primer documento de trabajo que publica el recientemente constituido Foro Creyente de Pensamiento Ético Económico, que nace para una reflexión en torno al actual modelo económico, desde una perspectiva útil tanto para cristianos, como para no cristianos.
Y es que, a pesar del crecimiento económico global que refleja el aumento del PIB en los llamados países emergentes, más de un 10% de la población mundial vive con menos de dos dólares al día. En España el número de personas que están en riesgo de exclusión social (indicador AROPE) es de 12.989.405 (un 27,9% de la población). Ante esta contradicción entre las cifras macroeconómicas y la realidad económica individual, profesionales y académicos del ámbito económico han constituido un nuevo foro de pensamiento y reflexión: el Foro Creyente de Pensamiento Ético-económico.
Este Foro acaba de publicar su primer documento de trabajo, titulado “Repensar el crecimiento económico”. Según destaca el portavoz del foro, Enrique Lluch Frechina, “el crecimiento del PIB per cápita mundial no ha logrado superar las elevadas cifras de pobreza, por lo que creemos necesario reflexionar sobre los actuales objetivos de la economía”.
El documento “Repensar el crecimiento económico” parte de la premisa de que “tener más no es necesariamente estar mejor: llegará un momento en el que seguir creciendo suponga ir a peor”. Según Enrique Lluch Frechina, portavoz del Foro Creyente de Pensamiento Ético-económico,; aunque se dice que el crecimiento beneficia a toda la sociedad, la realidad es que solo beneficia a unos pocos. Por eso, para medir el progreso verdadero deberíamos saber qué pasa con los más desfavorecidos, cuál es su situación real. Si ellos no mejoran, no se puede decir que la economía vaya mejor”.
Crecimiento: solo mejoran los que mejor están
En “Repensar el crecimiento económico”, los economistas autores del documento destacan: “Lo importante es que el crecimiento repercuta en que todos tengan más, y de forma especial los que menos tienen, los más pobres. De lo contrario, la realidad es que crecemos, sí, pero también crecen, al mismo tiempo, las desigualdades”.
Además, el actual modelo de crecimiento prioriza a los que más aportan. Según destaca Enrique Lluch Frechina, “para mantener el ritmo de crecimiento, hay que conseguir que se produzca más sin cesar. Da igual si alguien tiene más o menos, lo fundamental es sumar”. Por eso, el Foro Creyente de Pensamiento Ético-económico también pone el foco, en su primer documento, en la labor de los Gobiernos: “En el modelo actual, a las autoridades económicas no les importa el que no llega a fin de mes. Los Gobiernos se ponen al servicio de las empresas más o menos grandes para ayudarles a lograr contratos internacionales o conseguir que compañías extranjeras se instalen en nuestro país. Así, la prioridad pública es apoyar a los que consiguen más beneficios privados para que las cifras de crecimiento globales sigan siendo positivas”, destaca Enrique Lluch Frechina.
Nuevo modelo: ingresos dignos para todos
La propuesta que desarrolla el documento “Repensar el crecimiento económico” plantea un nuevo modelo que en vez de centrarse en que cada vez se produzca más, se centre en que todas las personas tengan unos ingresos dignos. Según explica Enrique Lluch Frechina, portavoz del Foro, “no siempre es necesario tener más para que todos tengamos lo suficiente. Nuestra propuesta es desarrollar un sistema económico que no necesite redistribuir la riqueza para luchar contra la desigualdad, sino que sea el propio sistema el que genere ganancias de una forma equitativa”.
Desde este planteamiento, basado en la concepción económica del humanismo cristiano y la Doctrina Social de la Iglesia, los miembros del Foro Creyente de Pensamiento Ético-económico hacen un llamamiento tanto al sector público como al privado: alcanzar el bien común es tarea de ambos, y por eso es necesario debatir sobre el papel de las empresas en la economía y en la sociedad.
El Foro Creyente de Pensamiento Ético-económico está integrado por economistas, investigadores y académicos como Luis Ayala Cañón (Universidad Rey Juan Carlos), Jesús Pérez Mayo (Universidad de Extremadura), Enrique Lluch Frechina (Universidad CEU – Cardenal Herrera), Pedro José Gómez Serrano (Universidad Complutense), Rafael Allepuz Capdevila (Universitat de Lleida), José Luis Fernández Fernández (Universidad Pontificia Comillas), Teresa Compte Grau (Universidad Pontificia de Salamanca), Agustín Domingo Moratalla (Universitat de Valencia y Universidad Internacional Menéndez Pelayo), Bernardo Pérez Andreo (Instituto Teológico de Murcia), Javier Viciano Pastor (Universidad Internacional de Valencia y Universidad de Valencia) o Martín Carbajo Núñez (Pontificia Università Antonianum y Universidad de San Diego).