David Pérez, Sevilla
Avanzada la Cuaresma, el Pregón Solidario de AS Sevilla comienza a convertirse en una cita ineludible dentro de la vida de la comunidad del Santísimo Redentor. La delegación, junto a la Parroquia, en un intento de aunar compromiso y tradición organizó en la noche del pasado 8 de marzo, la tercera edición de tan señalado evento. El encargado en esta ocasión de glosar la Semana Santa sevillana fue D. Joaquín González, hispalense de nacimiento y granaíno de adopción, ciudades en las que vive su fe y su compromiso cofrade, como bien nos recordó a los asistentes la presentadora y amiga del pregonero, Sonia Moreno.
El Pregón comenzó con una referencia cariñosa a la Virgen del Perpetuo Socorro, vínculo afectivo de la familia Redentorista y que el pregonero ha sacado en alguna ocasión como costalero por las calles de Granada. Encomendados a la protección de María, Joaquín nos invitó a realizar con él un paseo por su Sevilla cofrade. Un recorrido lleno de referencias a vivencias personales que bien podrían hacerse extensibles a todos aquellos que se acercan con ojos creyentes a la Semana Santa.
Así, mecidos por un verso contenido, pasamos de los Jardines de Murillo en la noche del Martes Santo, al barrio de S. Lorenzo para visitar a la Virgen de la Soledad, devoción especialísima del pregonero y su familia, pasando por la Parroquia de San Antonio, sede de la Franciscana Hermandad del Buen Fin, de la que Joaquín ha sido costalero. Fueron muchas las menciones al mundo de la trabajadera, parte importante de la Semana Mayor para el pregonero pues con su labor posibilita que propios y extraños puedan experimentar un encuentro con Cristo y su Madre en las calles de Sevilla. Recuerdos breves pero sentidos al Gran Poder y la Macarena, devociones universales, así como para las Hermandades de Triana, “la quintaesencia de Sevilla”. Joaquín nos recordó con sus palabras que la Semana Santa es el alma de la ciudad y que, de una u otra forma, marca las vidas de cada sevillano el resto del año.
El pregonero consiguió además crear un clima de intimidad y familiaridad, lo que hizo que los allí presentes disfrutásemos aún más de su Pregón, muy aplaudido, por cierto.
Uno de los pilares de una solidaridad bien entendida es compartir no lo que sobra, sino lo que uno es; no lo superfluo, sino lo que forma parte de nosotros. Y eso es lo que está consiguiendo año tras año este acto. Algo tan propio del sentir sevillano como su Semana Santa sirve para compartir con otros, especialmente en Centroamérica o Perú, comunidades a las que la delegación de AS Sevilla lleva tiempo apoyando.